martes, 8 de septiembre de 2020

El BUEN SULTÁN

 

                                                                                    EL BUEN SULTÁN


Sultán era un perro muy educado y bonito, su pelaje color amarillo mostaza brillaban bajo los rayos del sol, además era muy cariñoso, le gustaba jugar y era muy ágil, le gustaba comer pan y sopa de tortilla. Era muy feliz, que cuando se le acercaba los dueños movía la colita de un lado a otro, demostrando su cariño y confianza.


Como era un perro muy inteligente, ayudaba a los dueños a encerrar las gallinas en el corral, ahuyentaba a los tlacuaches o a cualquier animal que se le acercaba mientras se ausentaban los dueños.


Sultán era muy inteligente y buen guardián, un día salió muy temprano de la casa para ir al ranchito del dueño, solito y caminando, a vigilar los pollos, patos y marranos. Después de tres días se regresaba a la casa del pueblo que quedaba a dos horas, cansado, pero feliz moviendo su colita.


Un día, los dueños viajaron al rancho, el perrito fue con ellos, estando en el rancho, los familiares pensaron en sacrificar un puerquito para consumo familiar. Como sultán era tan listo como de costumbre, quiso ayudar a sus dueños a sujetar al puerquito. Pero el abuelo regañó a Sultán de una manera grosera, pensando el, que el perro quería comerse al puerquito.


Fue entonces, que, al momento, lo golpeó con un lazo, no tan fuerte, para que se alejara de aquel lugar, fue así que se retiró. Los dueños, pensaron que más tarde regresaría a la casa. Pasó un par de horas, los dueños empezaron a buscar y a buscar, por que ya se iban a regresar al pueblito, y además querían darle de comer a Sultán antes del regreso.


Una hora más de espera, la familia pensó que ya se había adelantado como solía hacer, por lo que decidieron regresar. Y la sorpresa fue, que cuando llegaron, sultán no se encontraba. La casita de sultán vacía, sin rastros a los alrededores.


Los dueños empezaron a preocuparse mucho, ya era noche y no quisieron regresar al rancho a buscarlo nuevamente. Al siguiente día, en plena alborada, toda la familia regresó a buscarlo, se distribuyeron en su búsqueda a los alrededores del rancho; en las colinas, valles, arroyos, y en la carretera, y no aparecía ninguna huella de sultán.


Fue así, que los dueños se acongojaron en gran manera. Pero no se dieron por vencido, siguieron buscando en cada rincón durante tres días consecutivos. Después de esos días, lo dieron por perdido.


Un fin de semana, el vecino del rancho, mientras caminaba por su parcela, vio restos de un perro, ya desgarrado por las aves de rapiña. El vecino, fue avisarle tan pronto al dueño del sultán lo que había encontrado en su parcela. Después de una charla, fueron a ver para cerciorarse si era sultán.


Lamentablemente era el ¡Gran sultán!. Cubrieron sus restos con tierra y lamentaron su triste muerte, por que era un perro muy querido por la familia.


Ya de regreso a casa, concluyeron que sultán era un perro muy sentido, que por un regañó y el golpe no tan fuerte, decidió internarse debajo de los árboles, en soledad, triste, con melancolía, y dejarse morir a lado de los arbustos.


A partir de ese momento, los dueños decidieron querer y amar más a los animales, y ser más cuidadoso con sus perros.


Moraleja: Ser más cariñosos con los animales, si tienes un perro, gato, etc. Debes de alimentarlo bien, bañarlos, darle cariño. Son sensibles, pero leales a sus dueños.

                                                                 
                                                                                Fin
                                                                                                         Moisés Gómez 08/092020

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